Air Max 1...y mi vida cambió

Tal día como hoy, hace 27 años, cambió mi vida. No sé si exagerada o no pero esta afirmación es real...bueno, al menos en cierto modo. La historia yo la visualizo así. O eso me gusta creer. Y contar.


En marzo de 1987 yo sólo tenía una preocupación en la cabeza. Deshacerme de las fotos de mi comunión. Negativos incluidos. Los que me conocen ya sabrán por qué. Craso error, chavales que estéis sopensando la idea de vestiros de marinero en ese infantil día....De verás, hacedme caso, años más tarde lo agradeceréis. No favorece en ninguno de los casos y si te paras a pensarlo, es completamente ridículo disfrazarse con un uniforme de la marina, galones incluidos, para ir a la iglesia. Pensadlo.

Bueno, pues estaba yo preocupado con mis cosas en aquella época cuando mi hermano apareció por casa con una revista. Desconozco el nombre de la publicación y la temática, pero en sus primeras páginas incluía dos anuncios de Nike, a la postre determinantes en mi evolución personal. En aquella época la marca americana no era ni por asomo lo que es hoy, menos aún en España. Tampoco yo leía revistas y éstas no eran lo que a día de hoy, o en sus días de esplendor, fueron. Tampoco sé bien si la economía familiar daba para que LaChisteritaIndiscreta se pasease con marcas americanas por la periferia madrileña.



Volviendo a los anuncios, éstos presentaban los modelos de la firma de Oregon, Air Max 1 y Air Trainer Mid 1. Ambas eran muy raras y evolucionadas para la época, y me dejaron boquiabierto. Las todoterreno por su perfil, por el velcro que incluían a modo de cierre y por ese verde clorofila en los detalles. En aquella época, una pasada, de veras. Y las Air Max!!! Las Air Max porque llevaban debajo del talón una cámara de aire, eso, al aire, que era lo que las hacía especiales. Años más tarde me documenté y conocí la relación entre un par de zapatillas y un museo. Y la hay, y con toda la razón. Os dejo aquí un video explicativo de la mano de Tinker Hatfield, responsable de diseño de Nike y a la postre, padre putativo de las pioneras Air Max. 

Volviendo a mi historia, la discusión entre hermanos estaba servida con la llegada de la revista, que no de las zapatillas. Cuál quería, o con cuál soñaba, mejor dicho, cada uno. Mi hermana en aquella época no contaba porque ella lucía como nadie con sus Wimbledon GTS de Nike con sus iniciales de Snoopy pegadas en la parte posterior a modo de calcomanía cutre... Así, quedábamos mi hermano y yo. Mi hermano siempre se decantó por las segundas, las Trainer. Yo nunca lo dudé. Las zapatillas rojas ganaban. Pero en aquella época no había mucha variedad cromática en el deporte (negro para fútbol y blanco para todo lo demás, o más o menos) así que si bien, esas Air Max eran mi objeto de deseo, nunca terminaron de convencerme, a buen seguro por mis inseguridades. Tampoco, repito, sé si me las hubiera podido permitir. 



Con el paso de los años Nike siguió haciendo crecer la familia Air Max con nuevas versiones, modelos y reediciones, que continúan en la actualidad (hoy por ejemplo). Yo recuerdo haberle robado a mi hermano las suyas alguna vez, si bien no eran aquellas primeras rojas sino eran de una segunda o tercera generación posterior a ese mítico modelo. Eran negras, blancas y detalles en un azul casi morado. Míticas a su manera, pero no las rojas. Épica también debió ser la imagen porque mi hermano calza, lo juro, cuatro números más que yo. Más tarde las heredé. Me reitero, no sé bien porqué, puesto que me podía pasar un autobús por la punta que yo tenía los dedos 4cm más atrás. Pero las tuve, que es lo que cuenta. 



Pasados los años si que es cierto que he tenido la oportunidad, tanto vía Internet como vía retail, de hacerme con las primeras Air Max (reeditadas) pero nunca lo he hecho. Lo confieso, en la adolescencia tardía volví a girar mi vida con la llegada de las 999 de New Balance. Quizás porque Nike empezó a ser lo que es hoy y ya no me impresiona tanto como aquel marzo de mi infancia y esos destellos de luz que salían de la cámara de aire en aquella publicidad.

Y a todo esto diréis; y en qué cambió tu vida? Yo lo achaco a la inseguridad por elegir una zapatilla roja en ese contexto temporal y social. Con el paso de los años aprendí a elegir lo que quería independientemente del momento que fuese y lo que se llevase. Pesase a quién pesase. Y en cierta manera creo que me cambió. O al menos, como he dicho, a mi me gusta pensarlo así.

Feliz Cumpleaños Air Max 1!!!

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