El pasado domingo concluyó en Barcelona una nueva edición del Beefeater In-Edit, el festival internacional de cine y documental que, con la música como eje temático y como conectora de culturas y personas, proporciona al público masivo una oportunidad única de acceder a contenidos que, por las dificultades inherentes a su género, no suelen conllevar taquillas millonarias y su visionado se limita, en la mayoría de los casos, a circuitos cortos y alejados de las salas de cine convencionales.


Así, desde el pasado día 29 de octubre, día que la decimotercera edición del festival dio el pistoletazo de salida, han sido once días plagados de citas musicales ineludibles, con un total de 51 títulos con todo tipo de estilos y referencias musicales, desde James Brown, Nina Simone o Chavela Vargas a Kurt Cobain o Bunbury, pasando por otras tantas bandas como Backstreet Boys, REM, The Jam o Daft Punk, entre otros.


Precisamente fue el documental Daft Punk Unchained (aquí el trailer) el que abrió la programación del festival; una pieza de 85 minutos de duración en la que se repasa la vida y milagros (musicales, se entiende) del legendario dúo francés formado por Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo (que ya me parece un nombre de estrella, no de persona normal que te encuentras comprando el pan o en la cola de la pescadería). En la cinta se narran desde los inicios de la pareja en Darlin´, una suerte de banda musical de colegio, frustrada desde sus propios inicios, hasta su ascenso al pódium global de la música electrónica ya con su acertadísimo anonimato como seña de identidad que los acerca a la categoría de mito. ¿Quién, si no es la ostia en verso, se atreve a ir por la vida con sendos cascos metalizados para presentarse allá dónde van? No vale como semejanza cuando te bajas de la moto y entras en la panadería sin haberte sacado el casco. Yo lo hago pero eso no me convierte en mito, más bien en gañan. Pero cada uno tiene su arte. Ellos han creado de ello un estilo de vida, y ni el director del metraje ha sido capaz de desenmascararlos para el filme.

En la cinta, dirigida por Hervé Martin Delpierre, podemos conocer de primera mano de músicos y todo tipo de artistas multidisciplinares que aportan testimonios y opiniones sobre la trayectoria musical del dúo francés, empezando por Kanye West, Michel Gondry, Nile Rodgers, su actual manager Pedro Winter o el fotógrafo Peter Lindbergh, entre otros, así como el polifacético Pharrel Williams, reciente dinamitador de su carrera musical y que colaboró con la pareja en éxitos como el tema Get Lucky, que les devolvió a los primeros puestos en las listas de ventas de medio mundo con su álbum Random Access Memories, con el que arrasaron en los Grammy 2014 alzándose con múltiples galardones, incluido el mejor de mejor álbum del año.


El estreno en nuestro país del documental sobre la banda francesa, sancta sanctorum de la música electrónica y referente musical para toda una generación en todo el planeta, coincide además con la presencia (ya residual) en las carteleras españolas del filme Eden, estrenado en el pasado Festival de Sundance y que revive el nacimiento y desarrollo de la música electrónica en Francia durante la década de los 90, en lo que se conoció como escena “French Touch” y que supone el cuatro largometraje de la directora gala Mia Hansen Løve. Si eres fan de la música garage, house o sientes aún nostalgia por los órganos Casio no puedes perderte la banda sonora original, todo un must. Eso sí, sube el volumen y ponte un casco, verás la cara de tu novia, amigo o vecino, todo un poema, seguro. 




Abril de 2013. Daca, capital de Bangladés. El edificio Rana Plaza, situado a las afueras de la populosa ciudad, colapsa dejando una cifra de víctimas mortales superior a las 1.100 personas, y más de 2.000 heridos, todos ellos empleados de un taller textil que se ubicaba en el propio edificio, dedicado a producir prendas para más de una treintena de firmas occidentales de moda.


Esta trágica noticia, que conmocionó al mundo, hizo que Andrew Morgan, un documentalista y cineasta americano, comenzara a plantearse de dónde procedía la ropa que vestía e interesarse sobre los perjuicios sociales, económicos, medioambientales y psicológicos que provoca la moda, una industria que cada año mueve globalmente miles de millones de euros y que emplea a más de 40 millones de personas en todo el planeta, el 80% de las cuales son mujeres.  

Con esa reflexión vital como punto de partida, Morgan decidió aportar su granito de arena y desarrollar el documental “The True Cost”, que fue presentado durante el pasado Festival Internacional de Cine de Cannes (Francia) con un gran éxito de crítica y que fue financiado  íntegramente gracias a la aportación económica de más de 900 patrocinadores en Kickstarter, una plataforma colaborativa de captación  de fondos, poniendo en tela de juicio el fenómeno conocido como “fast fashion”, así como el impacto que ésta está produciendo en nuestra sociedad.


En la cinta, de 92 minutos, aparecen los activistas Mu Sochua o John Hilary, líder del movimiento War on Want que lucha por la justicia global en causas sociales, así como otros tantos personajes, más o menos célebres, entre los que destaca la diseñadora británica Stella McCartney, miembro activo de la asociación PETA y altamente concienciada con la producción sostenible dentro del universo fashion o Livia Firth, hija del aclamado actor inglés Colin Firth e impulsora de Eco-Age, una compañía que fomenta la moda sostenible y certifica los procesos industriales de algunas enseñas de moda, entre las que destacan las firmas Victoria Beckham, Narciso Rodriguez o Burberry´s, entre otras, las cuales se han sumado a este justa causa en pro del planeta y de una sociedad y un comercio más justo.

Con sus aportaciones, el documental invita a reflexionar acerca de quién realmente paga el coste de la ropa que vestimos a diario en Occidente, haciendo para ello un repaso gráfico que se mueve entre las glamourosas pasarelas internacionales y las imágenes de los suburbios y fábricas de algunas ciudades asiáticas, atiborradas de personas que, a diario, se juegan la vida a cambio de un sueldo indigno y unas condiciones laborales altamente cuestionables en materia de salubridad, higiene y seguridad.  

Así, el filme, que puede verse en nuestro país en plataformas de pago como Canal +, Netflix o a través de iTunes, ahonda en cuestiones tales como la especulación bursátil en torno al precio de las semillas para producir algodón o despeja datos tan relevantes como el que asegura que en Estados Unidos, allá por los años sesenta, la producción de ropa se desarrollaba casi íntegramente en el propio país (95%), llegando a nuestros días con el 97% de las mismas fabricadas, en condiciones cuestionables, en países como Vietnam, Camboya o Bangladés, entre otros.


Además, el documental deja lugar para la reflexión personal con otros datos del estilo, como aquellos que sitúan a la industria de la moda como la segunda más contaminante del mundo, por detrás de la industria petrolífera o aquellos otros que nos deberían hacer pensar en esa moda “low cost” asociada directamente a un mal endógeno en la sociedad contemporánea: el consumismo exacerbado. Un filme muy recomendable para todos aquellos, o no, amantes de la moda, que debe hacernos reflexionar sobré qué consumimos y que no, en qué medida lo hacemos y sobre todo, a qué coste.  Te dejamos aquí un enlace al trailer de la cinta original.