Recuerdo que hace muchos años mi padre me contó que un conocido suyo había patentado un sistema para localizar las pelotas de golf perdidas en las salidas a campo. Al parecer son miles las que se pierden diariamente en todo el mundo. El sistema, creo recordar, se basaba en la utilización de un chip del tipo de aquellos que se ponían en llaveros para localizarlos mediante un silbido. 


Sea como fuere - desconozco cómo le fue a aquel señor y si ganó dinero o no con ello - ahora leo que una marca australiana de nombre japonés, Tzukuri, ha desarrollado unas gafas de sol que incorporan una baliza de geoposicionamiento que permite ubicarlas en todo momento gracias a su sincronización con una app para iOS (no, no está disponible para Android). La baliza, de nombre iBeacon, es un sistema de posicionamiento en interiores desarrollado por Apple de bajo consumo y coste que permite notificar a un dispositivo la proximidad, en este caso, de las gafas que lo incorporan. La idea es, en espacios cerrados, marcarte la distancia y mostrarte un mapa con la última ubicación disponible en el caso de los espacios al exterior, además de la posibilidad de configurar alertas y notificaciones a la que te alejas unos metros de las gafas. Hala, solución al canto para los despistados. Tengo un par de amigos a los que esta idea les va a arrasar, en serio -y a su bolsillo no te quiero ni contar-. 

Si bien esto no te parece muy allá - de poco impresionables está lleno el mundo - lo mejor de todo es que Tzukuri, además, supone el ejemplo a seguir en cuanto a diseño dentro de lo que se conoce como wearable technology (tecnología que puedes vestir, para los alérgicos al "anglonaming") ya que por primera vez han sido capaces de aunar diseño y tecnología de forma lógica y ponerte sus gafas no te hace parecer recién sacado de un cómic de ciencia ficción.



La colección, que si bien ha sido presentada ahora, no estará disponible hasta el próximo mes de diciembre - es lo que tienen los australianos, que van a deshora - cuenta con seis modelos basados en diseños clásicos renovados (como quería decir esto......ahora si que soy un periodista de moda), en tres tallas diferentes para la perfecta adaptación a la fisonomía de cada cliente, se fabrican en acetato de alta calidad y montan cristales anti reflectantes polarizados e irrompibles fabricados en la prefectura japonesa de Fukui que, por lo que afirman en su web, viene a ser lo que Ubrique al cuero.




Tanto si eres de los despitados como de aquellos que gustan de lo último de lo último ya puedes realizar una prereserva en su web. Del precio no dicen nada, si bien ya he investigado en otros blogs y foros y parece ser que saldrán a la venta por unos 250 euros. Si tu caso es el de los dejados echa cálculos a cuántas Persol, Rayban o Mr Boho has perdido y cuánto ahorrarás a partir de ahora. Ojo, sale a cuenta. Repite conmigo: Tzu-ku-ri.


Desde el principio, la idea de este blog era la de poder expresar en él todo aquello que, desde el punto de vista de la moda y el diseño, me pareciese curioso, original y que además, en cierto modo sea actual. Subjetivamente, sí. El criterio con el que lo hago no sé hasta que punto es el más acertado, pero si meto la pata o no soy el tipo más concreto (o correcto) en las propuestas, para eso están los comentarios. Os invito de hecho a que seáis críticos más que pelotas; soy un tipo duro. Aguantaré la presión. O no, ya veremos.


Comento todo esto porque lo siguiente de lo que os voy a hablar es una mera curiosidad que me tiene loco, aunque no sea diseñador, ilustrador o mi trabajo nada tenga que ver con las artes. Resulta que cuando todos pensábamos que el Pantone, el sistema de identificación, comparación y definición del color para artes gráficas más reconocido y utilizado internacionalmente, creado en 1963 por Lawrence Herbert, no es, al parecer, el sistema de definición cromática más antiguo del mundo. WTF? Sí, no lo es.



Según he leído en Ultralinx, recientemente se ha descubierto un libro titulado "Traité des couleurs siervo à la peinture à l' eau" que supone la prueba efectiva de que 300 años antes de que el Pantone se patentase, alguien se adelantó a Herbert en la idea de organizar los colores y clasificarlos a modo de guía detallada acerca de la mezcla de acuarelas dirigido en principio a pintores, artistas y escribas de la época. El libro, escrito por un autor holandés conocido como A. Boogert, del que poco se sabe, data de 1692, consta de 800 páginas y en él se explica, a través de ilustraciones y muestras de color pintadas a mano, cómo crear ciertos matices y cambiar sus tonos mediante la adición de varias partes de agua a la mezcla de color, así como plantea diversos pigmentos, pinturas, barnices e impresiones sobre diferentes texturas.



Todo un tratado de color con tres siglos de vida que, según los expertos, e incluso atendiendo a los estándares modernos, es sumamente preciso tanto en la forma como en la descripción de los colores. Pues lo dicho, una curiosidad que ahora puedes ojear en este link. Buen fin de semana!!!