Buenrollismo en los pies

En muchos casos los negocios de mayor éxito parten de las ideas más simples y sencillas. En 2008, dos amigos suecos, Michael Söderlindh (CEO) y Viktor Tell (director creativo), se plantean la posibilidad de convertir un accesorio banal y cotidiano como un calcetín, en un producto que respire, e inspire, felicidad, y contraste así con lo gris de la sociedad actual (sacado de la manga, pero en parte seguro que así lo pensaron, o no). Nace así, Happy Socks.


Tras visitar varias fábricas para buscar su socio industrial ideal y obtener la negativa de casi todos ellos por lo "divertido "del patronaje y la transgresión en la confección que los suecos les planteaban, encontraron uno, a buen seguro igual de visionario y atrevido que el par de suecos (nota mental:  me imagino la cara a día de hoy de los que no creían que la diversión es la base del éxito), y comenzaron su andadura empresarial bajo la fórmula de la autofinanciación y la búsqueda de distribuidores para cada mercado local afines a su filosofía de vida.

 Seis años después, con millones de pares de "medias felices" vendidas en más de 70 países (a una media de 8€/par, para los de números) y habiendo reivindicado el papel esencial del calcetín dentro de la moda, la empresa acaba de presentar la que es su primera línea de accesorios y complementos, manteniendo el tono original y colorista, y a veces pesadete de sus "primos" los calcetines. Limitada en el tiempo, esta edición especial de productos (ojo coleccionistas)  incluye monederos, fundas de ordenador, carcásas para iPhone, una taza o una caja de lapiceros, entre otros y, para mi, responde a un claro globo sonda para testar el mercado. Buena idea. Eso si, como triunfe, amigos suecos, tenéis un problema de naming ;-);-);-)


Destacable de su estrategia hacia el éxito global son las colaboraciones que Happy Socks ha realizado con numerosas empresas como Colette, Be@rBrick, Candy Crush, los desarrolladores de la app del momento, o The Standard, que incluía un par de calcetines diseñados ad-hoc para la "megacool" cadena hotelera y con los que éstos obsequiaban a sus clientes metiéndolos en el minibar de cada habitación (bien suecos, bien!!!). Otras colaboraciones remarcables son las desarrolladas con Adidas Originals, WESC o la marca danesa de textil para ciclismo Wood Wood (aprovechando el tirón fixed, ahí lo dejo...), así como han diseñado una "zapatilla feliz" para los americanos de Keds. Mención aparte es su división Art Project que, de manera no oficial, customiza el modelo Oyster Perpetual Milgauss de Rolex, para llenarlo de color cada día a todas horas. 


Para redondear todo ello, Happy Socks se valío el pasado año de su homónimo artístico David Lachapelle para perpetuar fotográficamente su primera campaña de publicidad global. Éxito. Otra vez, bien suecos, bien!!!. Eso sí, como casi todo en Lachapelle, un poco gay y excesivamente saturante (para mi gusto), y si no no, decide tú. 


Como diría Risto Mejide, os compro suecos. Vosotros sí que valéis! 
  
Créditos Fotos: www.happysocks.com, www.davidlachapelle.com, www.vanidad.es


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