Diez años han pasado
desde que, en una edición barcelonesa de la malograda Bread&Butter, la
feria streetwear que durante un
tiempo situó el foco fashionista internacional en la Ciudad Condal, conocí a la
firma de zapatillas Veja. De origen francés y con un proyecto basado en la
sostenibilidad total, en todos los sentidos, por aquel entonces la firma
irrumpía en el mundo del calzado de moda con dos modelos aparentemente
sencillos pero sublimes en cuanto a diseño y al concepto de estilo urbano que
luego la moda nos ha deparado años más tarde.
Casi visionarios del universo normcore y la moda funcional y muy
urbana de nuestros días, de aquel día en que me fijé en su modelo Volley
recuerdo a dos franceses un poco perdidos en el mundo feria, y casi más en el
universo moda, y cuyo mini espacio de exposición les separaba por un sofá
chester impecablemente envejecido de una marca española encabezada por otros
dos jóvenes españoles con una firma, en su momento emergente, de estilo british
y confección casi sastre a precios razonables, a la postre El Ganso.
Volviendo a Veja y a
aquella Bread&Butter, de aquel día también recuerdo haber escuchado de boca
de uno de los franceses un término que en principio me sonó a chino y que con
el tiempo se ha convertido en un mantra para cualquier marca global que quiera
mantener su imagen corporativa y su reputación social impecable: Economía
Verde. Vale, vale, pensé, dos años te doy. Gilipollas de mi.
Pero no reparé mucho más tiempo
en aquel concepto, la verdad. Sólo me obsesioné con comprarlas, algo que
conseguí tiempo después previo viaje exprofeso a Palma de Mallorca para visitar
Adicct y hacerme con unas radiantes Veja Volley blancas y azules. Pura crema
(en aquel entonces la virtualidad no era lo que es hoy. Bienvenido futuro).
Superada ya mi obsesión por la marca cuando comenzaron a venderse en M69
(Barcelona) y en Sportivo (Madrid) y con unos cinco modelos firmados por la
enseña gala en mi zapatero, comencé a interesarme más por la firma en sí como
proyecto empresarial, y recordé las palabras de aquel chico con el que hablé en
la feria. Economía Verde.
Recuerdo que me hablaron
de fabricar sólo con tejidos sostenibles y de bajo impacto ambiental, y hacerlo
de forma lo más justamente posible en todos los aspectos, desde lo económico a
lo social pasando por lo medioambiental. Para ello fabricaban en Brasil de la
mano de una asociación de recolectores de caucho para las suelas, con otra el
algodón, plantado en cultivos libres de fertilizantes y pesticidas y de acuerdo
a los principios de la agroecología, y así con otras tantas asociaciones y
colectivos sociales, todas ellas que garantizasen que todas las fases del
desarrollo del producto fuesen totalmente sostenibles y de acuerdo a un
comercio justo. Mola. Y allá por aquella época más. Al igual H&M y Zara se
preocupaban entonces tanto como lo hacen hoy en día por la ecología y el
comercio justo y a nadie le resulta extraño a día de hoy haber escuchado
repetidas leyendas urbanas de niños fabricando bolsos en condiciones de pseudo
esclavitud y trabajadores en condiciones lejos de cualquier convención
internacional. No sé como casa esto con la noticia de que Zara es la segunda
compañía del mundo más eco sostenible a día de hoy.
Años más tarde, hoy Veja
vuelve a la actualidad con un proyecto consolidado, con presencia en más de 20
países diferentes y vendiendo sus “baskets” en establecimientos seleccionados de
medio mundo como Kith o Club Monaco en New York, Colette o las Galerias
Lafayette en París, Homecore en Berlín o
en Dover Street Market International en Londres. Félicitations mes amis!!!. Además, cuentan con una estructura
consolidada, alianzas comerciales con colectivos sociales en riesgo de
exclusión, una imagen corporativa impecable y de cuidadísima puesta en escena y
un portfolio de productos que supera los quince modelos de zapatillas para hombre,
mujer e incluso niños, además de hacer bolsas de viaje y productos de
marroquinería.
En estos días, además, la
enseña gala ha salido a la palestra por haber firmado una colaboración estelar
con Bleu de Panama, una firma también francesa nacida hace cinco años bajo la
etiqueta “Trustworthy Brand” (marca
de confianza) con la que comparten valores eco y visiones parejas del negocio y
cuya propuesta de moda es retomar y reinterpretar la ropa de trabajo para una
nueva generación de urbanitas, según la define el blog de la tienda de la calle
Parlament barcelonesa Trait Store, todo un proverbio del buen gusto en moda y
tendencias y con una oferta de marcas de primer nivel.
Cómo pasa el tiempo! Veja
Iacta Est.